El Nuevo Orden Mundial: El Impacto del 11 de septiembre

El Nuevo Orden Mundial: El Impacto del 11 de septiembre

Por: Pedro Badrán

El 11 de septiembre de 2001 es un día que cambió la historia del mundo y marcó el inicio del declive de Estados Unidos como la hegemón mundial. El ataque terrorista en su suelo dejó al descubierto las vulnerabilidades de la potencia estadounidense, las cuales comenzaron a ser explotadas por otros actores internacionales. En este artículo se analizará cómo la decaída de Estados Unidos como liderazgo mundial comienza con el 11 de septiembre de 2001 y se profundiza en un escenario que avizora un nuevo orden mundial.

El realismo clásico sostiene que los actores internacionales buscan maximizar su poder y seguridad en un mundo anárquico, en el que no existe una autoridad superior que pueda proteger a los estados de otros actores. En este sentido, el poder es un elemento fundamental para la supervivencia de un estado y se mide por su capacidad de influir en las decisiones del sistema internacional. Estados Unidos, al ser la superpotencia mundial, poseía un gran poder e influencia global. Sin embargo, el 11 de septiembre puso en evidencia que su poder no era absoluto ni invencible, lo que generó una serie de consecuencias tanto a nivel interno como externo.

A nivel interno, Estados Unidos comenzó a adquirir características propias de un estado de seguridad nacional, con una política más restrictiva en materia de inmigración y aumento de la vigilancia interna, lo que generó tensiones sociales y políticas dentro del país. A nivel externo, el ataque terrorista tuvo un gran impacto en la percepción internacional de Estados Unidos, y comenzó a erosionar su influencia en el sistema internacional.

La respuesta de Estados Unidos al 11 de septiembre fue la «Guerra contra el Terrorismo», una política que buscaba proteger al país de futuros ataques terroristas a través del fortalecimiento de la seguridad nacional y la eliminación de amenazas en el extranjero. Sin embargo, esta política provocó el aumento de la presencia militar estadounidense en zonas conflictivas como Afganistán e Irak, lo que generó tensiones con otros actores internacionales y cuestionamientos sobre la legitimidad de su liderazgo.

Además, la respuesta estadounidense al 11 de septiembre fue criticada por no abordar las causas raíces del terrorismo y por erosionar las normas democráticas y de derechos humanos, como el trato de detenidos y la tortura. Estas acciones tuvieron un impacto negativo en la imagen internacional de Estados Unidos y la legitimidad de su liderazgo, lo que permitió el surgimiento de otros actores internacionales como China y Rusia.

En conclusión, el 11 de septiembre de 2001 marcó el inicio del declive de Estados Unidos como hegemonía mundial. Su respuesta al ataque terrorista, la «Guerra contra el Terrorismo», generó tensiones internas y externas y erosionó su influencia en el sistema internacional. Esta situación permitió que otros actores internacionales, como China y Rusia, aprovechen la oportunidad para desafiar su liderazgo y debilitar su influencia global. En definitiva, el nuevo orden mundial desafía la posición de Estados Unidos como líder mundial, y marca el fin de una era de hegemónica donde se vivía en un mundo unipolar. Todo parece indicar que estamos en un periodo de transición, de reacomodo de las fuerzas del poder y que el mundo que se vislumbra en el horizonte se muestra multipolar en lo económico, policéntrico y unipolar en lo militar con múltiples escenarios de conflictos bélicos.


Acerca del Autor:

Pedro Badrán León

Licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, fotógrafo de afición, videasta y escritor. Ha trabajado diferentes temas de investigación que van desde el narcotráfico, pasando por los recursos comunes, seguridad alimentaria, entre otros. Así mismo, ha trabajado en el área de marketing electora en varias campañas proselitistas. Es asambleísta departamental por la Alianza Súmate para el periodo 2022-2027.