CEGUERA IDEOLÓGICA – CEGUERA A LA CEGUERA

CEGUERA IDEOLÓGICA – CEGUERA A LA CEGUERA

No es una novedad que la realizad se construye en base a lo que podemos observar. Nuestros cerebros son flojos por “naturaleza” estamos programados filogenéticamente para ahorrar tantos recursos cognitivos y energéticos como nos sea posible. El cerebro no es capaz de grabar todo constantemente, registrando y procesando cada detalle del entorno pues se agota. Para poder rendir más eficientemente, tiende a centrarse sólo en aquellos aspectos más susceptibles de ser modificados a nivel consciente. Esta selección es dada por la cultura del entorno próximo y por las experiencias pasadas para dar coherencia personal al pensamiento.

A este fenómeno se le denomina “Atención Selectiva”, “ceguera por desatención” o “ceguera al cambio”. Se acentúa cuando se está acostumbrado a prestar atención sostenida a algo o a ciertas cosas de forma repetitiva. Por ejemplo, un psiquiatra que es especialista en Déficit de atención, diagnosticará con más frecuencia el trastorno y es posible que en más de una ocasión no vea otro tipo de problemas. También podemos observar el fenómeno en lo cotidiano, si una persona está embarazada o quiere estarlo, verá mujeres embarazadas por doquier. O al caminar la misma ruta todos los días se hará muy difícil notar los cambios ambientales como un letrero que cambió, el color de una pared o incluso un nuevo negocio, pues el cerebro está tan acostumbrado al recorrido que no presta atención a esas cosas y puede dedicarse a pensar en otras mientras avanza con seguridad por zonas conocidas. Los magos, ilusionistas, medios de comunicación y políticos/as son especialistas en la técnica de desatención Saben perfectamente donde generar la tensión atencional adecuada para conseguir sus objetivos, por eso son expertos en el engaño. ¿Por qué es tan difícil hablar con personas que piensan políticamente distinto? Porque nuestros cerebros son tan flojos que sólo prestamos atención a lo de “siempre” a ver los mismos indicadores, a ver los mismos canales de televisión, a escuchar a determinadas personas que piensan como nosotros. Hacer el esfuerzo de atender a otros indicadores, a otras situaciones, a otros contextos resulta agotador y obliga a la persona a modificar y remover su propia y supuesta coherencia personal, es más fácil seguir en el espacio confortable gastando la menor cantidad de energía que esforzarse por ver más allá de lo aprendido. A este fenómeno lo podemos llamar CEGUERA A LA CEGUERA.  La próxima vez que discutamos de política y que nos resulte desagradable, debemos recordar que lo que pensamos fue aprendido por nuestro entorno cercano, no es que los/as otras personas estén equivocadas o que nosotros lo estemos, es porque nuestro cerebro es demasiado flojo para abrirse a nuevas posturas o ideas, el cerebro siempre se resistirá al cambio, tratará de repetir lo que le es conocido para ahorrar energía. Si no quieres ser intransigente obliga a tu cerebro a cansarse y compénsalo durmiendo una par de horas más.

Autora: Marcela Rivera