Para la gente sólo funciona la democracia

Para la gente sólo funciona la democracia

02-cuerpo-cPor: Maria Julia Osorio

Los bolivianos y bolivianas que viven en las áreas metropolitanas del eje del país son contundentes al afirmar sus valores democráticos.

Según los datos de la encuesta del Foro Regional, casi nueve de cada 10 ciudadanos creen que la democracia es preferible a cualquier otra forma de Gobierno y un 73 por ciento considera que se deben cumplir las leyes aunque no sea lo que la gente quiere.

Sólo a un 14 por ciento de los consultados le da lo mismo un régimen democrático que uno  no a y un 27 por ciento señala que lo más importante para el país es que se haga lo que el pueblo dice, aunque no sea legal.

Además, los bolivianos que viven en los municipios metropolitanos del eje del país apuestan por la diversidad de ideas y opiniones. Un 77 por ciento de la gente dijo que es mejor que las personas tengan ideas diferentes, mientras que un 23 por ciento cree que es mejor que todos pensemos igual o parecido.

Aunque los ciudadanos dan valor a las leyes, son críticos respecto a la actitud de la gente respecto a su cumplimiento. En una escala del 1 al 5, la gente respondió un promedio de 2,88 a la pregunta de hasta qué punto creía que los ciudadanos cumplen las leyes en Bolivia. Respecto al cumplimiento de la Constitución Política del Estado (CPE), el promedio fue de 2,91 en la misma escala del 1 al 5.

Finalmente, aunque ambos valores son importantes, la gente da más importancia a la justicia (54 por ciento) sobre la libertad (46 por ciento).

 

Libertad de expresión

La encuesta consultó también a los habitantes de las áreas metropolitanas sobre si creían que podían expresar sus ideas de manera pública aún si éstas son distintas a las de la mayoría. En una escala del 1 al 7 –en la que uno es «muy en desacuerdo» y 7 es «muy de acuerdo»–, la gente respondió un promedio de 4,96.

En la misma escala, a la consulta de si siente que puede expresar libremente sus preferencias políticas personales de manera pública, aun cuando éstas son distintas a las de la mayoría, el promedio de respuestas fue de 4,68.

En cuanto a información pública, el 42 por ciento consideró que no acceder a ésta perjudica los intereses de los ciudadanos, mientras que un 32 por ciento cree que sólo perjudica algo y un 26 por ciento que poco o nada.

El 67 por ciento dijo que no se justifica que el Estado controle la información.

 

02-cuerpo-c (1)«LA UNIÓN ES LA FUERZA»

La frase «patria o muerte», que fue impuesta por el Gobierno de Evo Morales como lema de las Fuerzas Armadas, no fue apropiada por los bolivianos que viven en las áreas metropolitanas de los departamentos del eje del país.

De acuerdo con los datos de la encuesta levantada por Ciudadanía, sólo el 20 por ciento de los consultados dijo que se siente identificado con esa frase, un 22 por ciento indicó que se siente algo identificado y 58 por ciento señaló que poco o nada.

En cambio, casi el 64 por ciento de la gente dijo que se siente muy identificada con la frase «La unión es la fuerza», el 24 por ciento señaló que algo identificada, y 12,2 por ciento poco o nada. Un 55 por ciento afirmó estar muy identificada con la frase «Morir antes que esclavos vivir», oración del coro del himno nacional.

ANÁLISIS

ROBERTO LASERNA  – CERES

Tradición Democrática

Durante las primeras décadas de la vida republicana, las leyes y decretos llevaban una frase recordatoria que aludía a 1809 como hito fundamental de nuestra historia. Junto a la fecha mencionaban: “Año tal de la Independencia”.

La fundación de la república, realizada el 6 de agosto de 1825, pasó a ser la fecha cívica más importante como parte de las pugnas regionales por la capitalía. La emergente La Paz necesitaba reducir la significación histórica de Chuquisaca, que había sido asiento de la Audiencia de Charcas y cuna de la conspiración, que terminó por reemplazar autoridad del rey por una junta de líderes locales.

Al dar prioridad a la formalidad fundacional es posible que se perdiera algo del sentido que tuvieron las rebeliones iniciales, tal vez se hizo más relevante el estado creado en 1825 que las aspiraciones ciudadanas de 1809. Pero esas aspiraciones, que afirmaban los valores de libertad y democracia bajo la protección de la ley, incompatibles con la monarquía absoluta, siguen vigentes dos siglos después.

En efecto, casi nueve de cada 10 ciudadanos del eje urbano defienden la democracia como una forma de gobierno preferible a cualquier otra, y una mayoría similar, de casi tres de cada cuatro, quisiera que se respeten las leyes por encima de otra consideración, incluso la de una supuesta “voluntad popular”. Y es similar la proporción de quienes consideran que es mejor que exista diversidad de opiniones e ideas en la sociedad a que se imponga un pensamiento único. Es decir, prefieren la diversidad a la uniformidad en el pensamiento político y la cultura.

La identidad con aquellos principios se muestra también en el contraste expresado sobre dos ideas de país. La frase “la unión es la fuerza”, inscrita en nuestra historia, consigue un acuerdo absoluto de más del 60 por ciento de los encuestados, en tanto que “patria o muerte” no significa nada para un tercio, y apenas entusiasma al 20 por ciento.

No importa, entonces, si celebramos el comienzo de la independencia o la fundación de la república. Lo importante es que renovemos el compromiso con la libertad, la democracia y el estado de derecho, que nos unen y forman ya parte de nuestro ser nacional.