Foro Regional – Escasa confianza en los acuerdos políticos

Foro Regional – Escasa confianza en los acuerdos políticos

DESCONFIANZA | La población cochabambina se destaca por ser la que menos confía en la habilidad de los políticos para ponerse de acuerdo

Los cochabambinos en general, tanto hombres como mujeres, son los que menos confían en la capacidad de los políticos para lograr acuerdos entre ellos para resolver los problemas del país, de su departamento o su ciudad.

A esa conclusión se llega tras analizar los resultados arrojados por la sección de la encuesta dirigida a la confianza que inspiran los dirigentes políticos en cuanto a su real capacidad para hacer frente los problemas de interés colectivo. Para ello, a las personas encuestadas se les preguntó: “¿Cree usted que como están las cosas, los políticos de distintos partidos pueden ponerse de acuerdo para tomar decisiones sobre el país?” y las respuestas indican lo siguiente.

En Cochabamba, resulta notablemente mayoritaria la porción de la población que considera que los políticos de distintos partidos son incapaces de entenderse entre sí para lograr los acuerdos necesarios para afrontar los problemas del país; 61,6 por ciento de las personas encuestadas en Cochabamba así lo expresó, si se compara con el 46,4 por ciento de personas que dio similar respuesta en La Paz y 34,9 por ciento en Santa Cruz, indica claramente que el escepticismo y la desconfianza sobre la capacidad de los políticos es uno de los rasgos distintivos de la percepción que la ciudadanía tiene en nuestro departamento sobre los dirigentes políticos.

En el otro extremo, se destaca el alto nivel de confianza que sobre el mismo tema muestra la población cruceña. En ese departamento llega a 65,1 el porcentaje de quienes sí confían en la habilidad de los dirigentes políticos para ponerse de acuerdo para tomar decisiones de alcance nacional. En La Paz, en una ubicación intermedia, las opiniones están divididas aunque más cerca a la percepción predominante en Santa Cruz. Son 53,5 por ciento quienes confían, frente a 46,4 que no confían en la posibilidad de que los políticos lleguen a acuerdos.

Una tendencia muy similar, pero con rasgos más acentuados, se encuentra cuando se plantea la misma pregunta con relación a la realidad departamental. El caso de Cochabamba, como en la pregunta anterior, llega a 52,3 el porcentaje de quienes consideran que los políticos no son capaces de ponerse de acuerdo para tomar decisiones de interés departamental, mientras que 47,7 por ciento confía en esa posibilidad.

Santa Cruz nuevamente es el departamento del eje central donde la percepción de la gente es más diferente a la de Cochabambina. Allá, llega a 75,5 el porcentaje de personas que considera que sus representantes son capaces de pasar por encima de sus diferencias políticas para buscar soluciones para su departamento. En La Paz, se repite la tendencia anterior, pues llega a 63,5 por ciento la cantidad de gente que confía en la capacidad de entendimiento de los políticos y sólo el 36,5 de la gente no cree que eso sea posible.

Al enfocar la mirada en la ciudad donde la gente vive, y ya no en la dimensión nacional y departamental de los problemas, el nivel de confianza de los cochabambinos mejora ligeramente, pero aún se mantiene lejos de las percepciones de quienes viven en La Paz o Santa Cruz.

A diferencia de lo expresado en las anteriores dos preguntas, cuando a quienes viven en Cochabamba se les pidió su opinión sobre la posibilidad de que los políticos se pongan de acuerdo para tomar decisiones al servicio de su ciudad, fue un poco mayor (52,4 por ciento) la opinión positiva. Algo más que el 47,6 por ciento que se mantuvo firme en su escepticismo.

Sin embargo, cuando se comparan esos resultados con los de La Paz y Santa Cruz, vuelve a hacerse notoria la inclinación cochabambina por la desconfianza. En efecto, el 52,4 de Cochabamba queda lejos del 81.9% de los cruceños y 69,4 de los paceños que no ponen en duda la predisposición de los políticos para llegar a acuerdos cuando de resolver los problemas de su ciudad se trata.

Vistas las tendencias desde el punto de vista del alcance geográfico de las percepciones, se puede colegir que la gente tiene mejor opinión sobre la capacidad negociadora de los políticos cuanto más cerca de sus necesidades los ve.

En el caso de Cochabamba, las opiniones positivas sobre la posibilidad de que los políticos se pongan de acuerdo para tomar decisiones sobre el país, el departamento y la ciudad van 38,4 por ciento, 47,7 por ciento y 52,4, respectivamente.

En La Paz, una tendencia muy similar se manifiesta a través del 53,6 por ciento, el 63,5 por ciento y 69,5% de quienes confían en la capacidad negociadora de sus representantes a nivel nacional, departamental y ciudad.

Santa Cruz, la tendencia va del 65,1 por ciento, 75,5 por ciento y 81,9 por ciento para cada uno de los tres niveles de gobierno.

 

LA DESCONFIANZA ES EL RASGO PREDOMINANTE DE LA MANERA CÓMO LA POBLACIÓN COCHABAMBINA PERCIBE LA ACTITUD DE LOS POLÍTICOS CUANDO DEBEN PONERSE DE ACUERDO.

La confianza es femenina

Redacción central

Si se observa desde el punto de vista de género, el nivel de confianza de las personas en la disposición de los políticos para llegar a acuerdos sobre temas de interés nacional, departamental y municipal, capacidad de los políticos de ponerse de acuerdo, sobresale con toda claridad la mayor inclinación de las mujeres a dar una opinión positiva al respecto. Sin excepción, en los tres niveles la inclinación es similar.

En efecto, cuando se preguntó: “¿Cree usted que como están las cosas, los políticos de distintos partidos pueden ponerse de acuerdo para tomar decisiones sobre el país?”, llegó a 55.6 el porcentaje de mujeres que respondieron positivamente, mientras que el 53,0 por ciento de los varones así lo hizo.

La misma pregunta planteada a escala departamental, dio como resultado que la confianza femenina llega al 66,0 por ciento y la masculina a 62,5 por ciento

Exactamente la misma tendencia se observa cuando la gente evalúa la conducta de los políticos en su municipio, el nivel más cercano a la cotidianidad de las personas. La opinión positiva de las mujeres llega al 71,0 por ciento, mientras que la masculina no pasa del 69,2 por ciento.

En todos los casos, se confirma con toda claridad, que el nivel de confianza de la gente, sin distinción de género, depende principalmente de la cercanía con el nivel de gobierno del que se trate.

Análisis

Daniel E. Moreno Morales, Ciudadanía

Negociación y acuerdos politicos

Uno de los signos principales de madurez en un sistema político democrático es la capacidad de sus actores de negociar y lograr acuerdos que beneficien a toda la sociedad. Esto implica un reconocimiento del otro actor como un interlocutor válido y no como un enemigo a eliminar. También implica que reconocemos que el punto de vista del otro es válido y merece ser considerado. Cuando los políticos negocian y logran acuerdos quiere decir que han abandonado visiones absolutas, de todo o nada, y que entienden que dando algo de su parte pueden obtener mucho para el bien común.

La mayoría de los habitantes de las ciudades del eje central del país creen que los políticos pueden ponerse de acuerdo para tomar decisiones para el país, para el departamento y para la ciudad. Mientras más local es el ámbito es más fácil pensar en la posibilidad de acuerdos entre los políticos; la gente cree que es mucho más probable que se logren acuerdos a nivel local, de la ciudad en la que viven, mientras que se entiende que lo nacional es un ámbito en el que lograr acuerdos políticos es más difícil.

Pero los habitantes del área metropolitana de Cochabamba se distinguen de los de La Paz y Santa Cruz al estar menos convencidos de que los políticos pueden ponerse de acuerdo en beneficio de la colectividad. Esto sucede en los tres niveles, nacional, departamental y municipal sobre los cuales se hace la misma pregunta. Este dato es sin duda preocupante y contradice la visión común de la región como lugar de encuentro y de resolución amigable de disputas. Quizás esto indica la menor prevalencia de una cultura del diálogo y la concertación en Cochabamba en relación con otras ciudades importantes de Bolivia. O a lo mejor esto nos está mostrando que los cochabambinos desconfían más de las capacidades de los líderes que otros bolivianos. Pero lo que es claro es que la negociación y el logro de acuerdos políticos en la región tienen que enfrentar un clima de desconfianza y escepticismo ciudadano, que ciertamente no favorece a la concertación. Corresponde ahora a nuestros líderes y autoridades regionales y locales convencer a la gente de que sí son capaces de superar sus diferencias políticas y lograr acuerdos que nos beneficien a todos.

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