CONCIENCIA AMBIENTAL | El 75 por ciento pide conservar el medio ambiente, aunque ello implique un rezago económico. Se opone explotar petróleo en áreas protegidas.
Los cochabambinos tienen alta conciencia ambiental. Al menos así se presentan cuando el 75 por ciento de los ciudadanos consultados por la encuesta responde que “se debe dar prioridad a la protección del medio ambiente, aunque esto implique un retraso en el desarrollo económico”.
En contrapartida, sólo el 18 por ciento de los encuestados responde en sentido inverso, es decir que “se debe priorizar el desarrollo económico”, aunque ello represente un costo ambiental al país.
Entre ambas respuestas, además, existe un 6 por ciento que contesta que el asunto le “da igual”.
Aunque en líneas generales, las tendencias son las mismas en el eje metropolitano, la conciencia ambiental expresada en Cochabamba es ligeramente mayor a la de Santa Cruz, donde el 74 por ciento privilegia lo ambiental sobre lo económico, pero menor a la de La Paz, donde la conciencia ecológica parece repuntar en esta ciudad altiplánica con un 86,5 por ciento.
De cualquier manera, la pregunta devela la preferencia “verde” de los habitantes del eje central, en la que los cochabambinos inclinan sus manifestaciones en un alto porcentaje sobre el cuidado del medio ambiente ante proyectos que pueden ponerlo en riesgo. En esta línea, se han tomado en cuenta proyectos, como los decretos gubernamentales que posibilitan la exploración y explotación de reservas hidrocarburíferas en áreas protegidas, la construcción de una planta nuclear o la apertura de más carreteras por la Amazonia boliviana.
Petróleo
Justamente, sobre el tema hidrocarburífero, las encuestas levantadas, develan una férrea oposición de la población cochabambina a los últimos proyectos anunciados por el gobierno de búsqueda de petróleo de parques naturales y áreas protegidas con el argumento de pensar en el desarrollo del país. El 72 por ciento de los cochabambinos consultados se opone a esta política, contra un 28 por ciento que sí apoya estos proyectos.
Si se comparan estos porcentajes con los pronunciamientos en las otras dos regiones del eje central del país, esta vez se ven proporciones similares con Santa Cruz (zona petrolera), donde el 69 por ciento se opone a estos proyectos. Ahora, es La Paz (con escasa tradición en búsqueda de recursos hidrocarburíferos) donde existe menos resistencia con sólo el 61 por ciento.
Nueva pregunta
La pregunta sobre la aprobación de exploraciones petroleras en áreas protegidas es formulada de otra manera en otra parte de la encuesta: “Algunos parques naturales o áreas protegidas podrían contener petróleo, ¿cuán de acuerdo está usted con que se hagan exploraciones en estas áreas?”.
Ante esta nueva interrogante, prácticamente, el 40 por ciento de los cochabambinos responde “nada” de acuerdo con explorar o explotar petróleo en áreas protegidas. Los que responden “algo” y “poco” “empatan” en cada caso con el 26 por ciento de los encuestados, mientras que los que expresan su total respaldo a esa política con la opción “mucho” sólo llegan al 7 por ciento, lo que una vez más confirma la tendencia de privilegiar la naturaleza.
Las tendencias son similares (aunque algo menores) a las respuestas de los ciudadanos del departamento petrolero de Santa Cruz, donde el 41 por ciento responde con un “nada” de acuerdo a la propuesta de explotación y exploración en áreas protegidas. El 32 por ciento responde “poco” y el 21 por ciento “algo”. Sólo un exiguo 5 por ciento se encuentra “muy” de acuerdo con la búsqueda del crudo en estas zonas.
Sin embargo, nuevamente es La Paz (departamento no petrolero), donde, si bien la tendencia ambientalista persiste, los porcentajes son menos expresivos que en Cochabamba y Santa Cruz.
En el departamento altiplánico, el contundente “nada” de acuerdo con la política de convertir los parques en zonas de explotación petrolera, llega sólo al 25 por ciento. Son mayores las respuestas “algo” (33 por ciento) y “poco” (32 por ciento). Los que expresan su total acuerdo llegan al 8 por ciento.
Plantas nucleares
Con relación a otra de las últimas polémicas propuestas del Gobierno, referida esta vez a la construcción de plantas nucleares, los cochabambinos también expresan una gran oposición, lo que se refleja en un 74 por ciento que expresa su posición negativa, con relación al 26 por ciento que sí la aprueba.
En La Paz y Santa Cruz también es mayoría el rechazo, aunque en menor grado: 58 por ciento en el primero y 56 por ciento en el segundo. Se sobrentiende que los porcentajes restantes corresponden a las personas que tienen opinión distinta y que sí se abre a la construcción de las plantas nucleares.
Ambiguo
“Los cochabambinos declaran su inclinación ambientalista, pero piden carreteras en la Amazonia y no ponen reparos a la ampliación de la frontera agrícola”.
Y las contradicciones
Pese a manifestar su total respaldo a las políticas ambientales como prioridad al desarrollo económico del país, los cochabambinos se ven en un dilema contradictorio cuando se les hace las consultas sobre la apertura de carreteras en la Amazonia o la expansión de la frontera agrícola en oriente, muy probablemente porque en la encuesta no se les explica el costo ambiental de estos proyectos.
La pregunta de las carreteras, por ejemplo, no hace referencia al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), entre los departamentos de Cochabamba y Beni, un conflicto que causó mucha polémica en el país.
En ese sentido, el 52 por ciento de los cochabambinos sí está de acuerdo con la construcción de nuevas carreteras contra el 48 por ciento que no lo está. El acuerdo es mayor en Santa Cruz con esta propuesta (65 por ciento), un departamento que se encuentra por completo en el área tropical de Bolivia, y mucho mayor aún en el altiplánico La Paz (75 por ciento).
Tampoco existe mucha oposición a la expansión de la frontera agrícola para el sector agroindustrial en oriente. El 69 por ciento de los cochabambinos consultados aprueba la intención contra el 31 por ciento que la rechaza.
La resistencia es menor en Santa Cruz y La Paz, con el 22 y 28 por ciento, respectivamente, lo que pone en tela de juicio las inclinaciones de protección al medio ambiente que se habían visto con las primeras preguntas.
Análisis
Jaqueline Garrido, Investigadora Ciudadanía
Una postura ambivalente
“El nivel de conciencia ambiental se analiza considerando valores, opiniones y actitudes.
En este caso, indagamos sobre qué opinan los habitantes de las áreas metropolitanas de Santa Cruz, La Paz y, particularmente, de Cochabamba respecto a la protección del medio ambiente, con base en la información obtenida de la encuesta.
Una pregunta clave fue: “¿Se debería dar prioridad al desarrollo de la economía aunque signifique dañar el medio ambiente o dar prioridad a la protección del medio ambiente aunque signifique que el desarrollo de la economía sea más lento?”.
Un elevado porcentaje de los residentes de las tres áreas metropolitanas (79 por ciento) respondió que se debería dar mayor importancia al cuidado del medio ambiente.
Cuando indagamos de manera específica sobre las encuestas realizadas en Cochabamba, advertimos que aquellos que se autoidentifican como indígenas optan por la primera opción, en contraposición a quienes cuentan con mayores ingresos, que privilegian el desarrollo económico.
Otras preguntas referidas a temas específicos como “explorar y explotar o no petróleo y gas en áreas protegidas” obtienen porcentajes altos de respuestas negativas.
Entonces ¿qué sucede con los ciudadanos y ciudadanas que no manifiestan su descontento frente a acciones estatales ya desarrolladas en estas zonas, como aconteció en el asunto del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis)?
Si la conciencia se mide a través de actitudes, valores y opiniones, en este caso, las opiniones de los entrevistados –en especial, cochabambinos/as– son sólo manifestaciones verbales que, en definitiva, muestran una escasa conciencia ambiental.
Una muestra de este comportamiento negativo es la constatación diaria de basura depositada en rincones de calles, avenidas, parques y mercados de Cochabamba y sus ciudades conurbanas.
Esa limitada conciencia ambiental y la adscripción a un modelo desarrollista se distingue en una pregunta que tuvo 70 por ciento de respuestas positivas en las tres áreas y 61 por ciento en Cochabamba: “¿Está usted de acuerdo con la expansión de la frontera agrícola para el sector agroindustrial del oriente?”.
Los nueve puntos de diferencia no liberan a los residentes de Cochabamba de tener una postura ambivalente, por lo que es necesario enfocar la mirada en lo que hacen regularmente los ciudadanos y ciudadanas, pues los gobiernos (municipal, departamental y central) no son los únicos responsables del deterioro medioambiental.
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