Foro Regional: 23% cree que hay casos en que se justifica golpear a la pareja

Foro Regional: 23% cree que hay casos en que se justifica golpear a la pareja

VIOLENCIA INTRAFANILIAR | Prácticamente uno de cada cuatro cochabambinos cree que hay casos que justifican la violencia, y ante un abanico de posibilidades, el 18 por ciento señala la infidelidad como el mayor motivo

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¿La violencia doméstica va de bajada? El 77 por ciento de los cochabambinos cree que “en ningún caso” se justifica que se golpee a la esposa o esposo. Parece una proporción bastante elevada de vecinos que se oponen a la violencia como forma de solución de conflictos familiares o de pareja.

Sin embargo, visto el mismo objeto, pero desde el otro lado, nos encontramos con que el 23 por ciento de los cochabambinos, es decir casi uno de cada cuatro personas consultadas, cree que hay casos en los que sí se justifica golpear a la pareja, y ese mismo porcentaje ha sabido de algún familiar o conocido víctima de este flagelo social durante los últimos 12 meses.

En La Paz y Santa Cruz, las proporciones son aún más elevadas: 31 por ciento en ambos departamentos tolerarían algún caso de castigo físico a su esposa o esposo. Separando las respuestas entre hombres y mujeres, el 31 por ciento de los primeros encuentra algún justificativo contra 27 por ciento de las féminas en el eje central. Es decir casi tres de cada 10 mujeres consideran que existen casos en los que sí se debe pegar a la pareja. Ante este panorama cabe preguntarse nuevamente sobre el rumbo que toma la conciencia ciudadana sobre la violencia intrafamiliar en nuestro medio.

La infidelidad

Para conocer las percepciones de los ciudadanos la pregunta abrió la posibilidad de que el consultado escoja hasta dos opciones. La infidelidad es el motivo más señalado al haber alcanzado el 18 por ciento de las votaciones (en el eje central, 19 por ciento de los hombres apoyan esta opción contra 17 por ciento de las mujeres).

Las otras opciones, volviendo a Cochabamba, dieron como respuesta resultados exiguos: cuando la pareja se emborracha o se va de fiesta, 4 por ciento; cuando se pierde sin avisar, 3 por ciento; cuando no cuida bien a los hijos, 2 por ciento; cuando insulta a su esposa o esposo o le dice “palabras feas”, 2 por ciento; cuando esconde el dinero que gana, 1,3 por ciento, y cuando coquetea con otro o con otra 0,5 por ciento, porcentaje mínimo tomando en cuenta que ya existe la opción de la infidelidad.

Saben, pero no denuncian

El 23 por ciento de los encuestados (otra vez uno de cada cuatro cochabambinos) conoce de algún familiar o conocido que sufre de violencia física o sexual. En La Paz, la cifra sube al 27 por ciento, y en Santa Cruz baja al 20 por ciento y a nivel de género, saben más las mujeres (31 por ciento) que los hombres (27 por ciento).

En el caso de Cochabamba, el 63 por ciento de los hechos conocidos de violencia intrafamiliar no fueron denunciados a ninguna autoridad, según refieren las personas encuestadas. Más abajo se verá que 13 por ciento opina que es un asunto de pareja.

Acerca del lugar y persona agresora, el 39 por ciento de los casos conocidos por los encuestados ocurrieron en la propia casa de la víctima por parte de su esposo o esposa; el 28 por ciento en la calle; el 19 por ciento en el hogar, aunque esta vez el agresor fue un familiar, y el 6,6 por ciento en el trabajo.

Resultados menores reportan en la escuela, la organización política o algún otro lado.

El 75 por ciento de los cochabambinos cree que hay mujeres que llegan a tener relaciones sexuales con sus parejas sin que ellas quieran. El 16 por ciento dice que la obligan y el 14 por ciento que es su deber.

Soluciones

Cuando se consulta a los encuestados sobre las soluciones a la violencia intrafamiliar, la mayoría aboga por la educación antes que por la denuncia o el ajuste de las leyes (para esta pregunta se permitieron dos respuestas).

El 40 por ciento plantea campañas masivas de educación y comunicación; el 38 por ciento apuesta por la educación en el hogar; el 30 por ciento cree que es mejor denunciar los actos de violencia; el 15 por ciento reclama menos consumo de alcohol; el 11 por ciento, pide sancionar a los agresores, y sólo un 9 por ciento aboga por las políticas de cambiar las leyes.

Finalmente, ante la consulta sobre lo que deberían hacer los esposos ante un problema conyugal, el 34 por ciento cree que la pareja debería buscar un consejo o ayuda fuera de la familia, como un dirigente o un sacerdote. Son más las mujeres quienes apoyan esta alternativa (39 por ciento contra 36 por ciento de los hombres). El 17 por ciento de las personas consultadas en Cochabamba cree que debería buscar ayuda en amigos, parientes o familiares (18 por ciento de los hombres y 14 por ciento de las mujeres). El 13 por ciento cree que es sólo asunto de la pareja; el 12 por ciento cree que deberían separarse y otro 12 por ciento cree que la mejor solución es que se denuncien.

47% apoya castigar a niños

¿Qué opina de que los padres den alguna vez una paliza a sus hijos? Es otra de las interrogantes que aparece en la encuesta aplicada. El 47 por ciento de los cochabambinos (prácticamente la mitad) cree que “está bien si es para corregirlos”, mientras que un porcentaje idéntico (otra mitad) responde con una negativa enfática. El 5 por ciento opina que se trata de un asunto privado y que no hay que meterse.

En La Paz, el 39 por ciento se pronuncia a favor de la paliza contra un 52 por ciento que la rechaza, y en Santa Cruz, el panorama es completamente inverso: más de la mitad (53 por ciento) defiende la paliza contra un 35 por ciento que la repudia.

Curiosamente, a nivel de género, son más las mujeres las que abogan por las palizas (49 por ciento) con relación a quienes las rechazan (44 por ciento), mientras que en el caso de los hombres, el 44 por ciento aprueba esta forma de castigo, mientras que el 47 por ciento se opone.

SÓLO 4,5% DA UN RESPALDO IRRESTRICTO AL ABORTO

El aborto sigue siendo un tema tabú para los cochabambinos, que expresan, en más de la mitad, su total oposición a esta práctica, aunque existe cierta apertura para algunos casos.

Cuando se hace la consulta sobre este tema, sólo el 4,5 por ciento de las personas consultadas cree que el aborto debería ser “legal para todos los casos” (lo que incluye la libre decisión de la mujer en cualquier caso) en contraposición con un 52 por ciento que responde “ilegal para todos los casos”.

En medio aparecen los bemoles, considerando el riesgo de salud de la madre, casos de violación o estupro, posibilidades ya contempladas en la legislación boliviana, aunque censuradas por algunas organizaciones como la Iglesia Católica, que rechaza el aborto en todos los casos.

Sin embargo, cuando se extiende la consulta a la sociedad cochabambina, las respuestas también aparecen igualadas: el 20,6 cree que el aborto debería ser “legal para la mayoría de los casos” y 21,4 vota por la opción “ilegal para la mayoría de los casos”.

Las tendencias con inclinación hacia la negativa de esta práctica se replican también en La Paz y Santa Cruz, pues en el primer departamento el 41 por ciento manifiesta una oposición total al aborto, mientras que en el segundo el porcentaje sube al 60 por ciento.

Los que defienden una apertura total a esta práctica oscilan entre 4 y 5 por ciento, en ambos departamentos, igual que en Cochabamba.

Tampoco existen marcadas diferencias en los porcentajes de opiniones de hombres y mujeres, pese a que estas últimas son las directamente afectadas.

La negativa a cualquier práctica de aborto en el eje central del que forma parte Cochabamba se traduce en 52 por ciento para el sexo masculino y 50 por ciento para el femenino. Lo mismo en el tema de apertura total, que sólo llega a 4,6 por ciento en el primero, y 4,3 por ciento en el segundo.

La similitud de opiniones subsiste incluso en las posibilidades intermedias: algo más del 16 por ciento de los varones cree que debería ser “legal para la mayoría de los casos” y el 17 por ciento de las mujeres tiene la misma opinión, mientras que quienes opinan que debería ser “ilegal para la mayoría de los casos” representan el 26,5 por ciento de los hombres y el 27,5 por ciento de las mujeres.

os porcentajes y tendencias son similares a otras encuestas ya aplicadas sobre este tema por diversas organizaciones de investigación.

ANÁLISIS

Valores, lo fundamental

ROBERTO LASERNA

CERES

La encuesta ofrece una visión complementaria a la que se obtiene de los datos que recogen las oficinas públicas.

Es comprensible la creciente preocupación de la ciudadanía por el tema de inseguridad ciudadana y sobre todo la violencia hacia la mujer. Los datos muestran con claridad que ambas subieron aceleradamente en los últimos años. La respuesta del Estado ha sido también clara en cuanto a formulación de normas destinadas a desalentar hechos de violencia mediante procedimientos expeditos y castigos rigurosos. Lamentablemente, las instituciones carecen de recursos para adaptarse a esa nueva normativa y se saturan rápidamente con denuncias que, al no ser atendidas, acrecientan las sensaciones de vulnerabilidad de las personas.

En los datos obtenidos por la encuesta, la proporción de personas afectadas por la delincuencia es muy alta, sobre todo tomando en cuenta que la pregunta se refería a los últimos 12 meses, como es también altísima la cifra sobre violencia sexual obtenida a través de una pregunta indirecta.

Es alentador, en contraste, observar que la gran mayoría de la población no justifica de ninguna manera la violencia doméstica y que la gente, al ser consultada sobre las opciones para enfrentar este problema, enfatizan mucho la responsabilidad del hogar y la familia en la formación de las personas, y el papel positivo que podrían jugar las campañas masivas de concienciación. La gente está dando pistas importantes de orientación. Las leyes y los organismos son importantes, pero lo fundamental es la formación en valores. Y estos son reforzados por acciones sociales como las que se han vivido recientemente tanto con protestas contra la violencia como el rechazo a expresiones y acciones de personajes de relevancia pública. Estos son, en el fondo, actos educativos.

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