De la finca a la taza: el café boliviano como motor de innovación y crecimiento

De la finca a la taza: el café boliviano como motor de innovación y crecimiento

El conversatorio “De la finca a la taza”, realizado por CERES Bolivia y Unifranz, se propuso algo más que hablar de café: visibilizar cómo una industria tradicional puede convertirse en un terreno fértil para la innovación, el crecimiento económico y la creatividad.

En entrevista, Santiago Laserna, coordinador del evento, compartió las motivaciones detrás de este espacio, los aprendizajes obtenidos y las perspectivas del proyecto de Economía Creativa.

“La motivación principal fue mostrar que la innovación y la creatividad son transversales a todas las industrias, incluso a una tan tradicional como la del café”, explicó Laserna. 

Este conversatorio es parte del proyecto Economía Creativa, en alianza entre CERES y Unifranz. En su tercer año, busca promover sectores económicos alternativos al modelo extractivista, estatista y rentista que ha predominado en Bolivia.

El evento reunió a una diversidad de actores de la cadena cafetalera: productores, baristas, dueños de cafeterías, distribuidores de café en cápsulas y fabricantes de maquinaria. La idea fue generar un espacio de diálogo en torno a la transformación del café, desde su cultivo hasta su consumo, y cómo cada eslabón puede aportar al desarrollo de un nuevo modelo económico más sostenible y descentralizado.

“Queríamos abarcar todos los puntos de la producción del café que se hacen dentro de Bolivia, para ver cómo se están adaptando, innovando y ayudando a generar crecimiento económico y empleo en el país”, agregó.

Uno de los puntos más destacados del conversatorio fue el potencial aún no explorado del café en Bolivia, especialmente en regiones no tradicionales. Laserna citó el ejemplo de La Burbonería, una empresa que produce café de alta calidad a partir de granos cultivados en Colomi, una zona que no suele estar en el radar cafetalero nacional.

“Incluso en Tiquipaya hay intentos por producir café. La idea es motivar a más personas a apostar por esta industria, en todas las etapas de la cadena de valor”, afirmó. Así, el evento buscó inspirar no solo a los productores, sino también a emprendedores, innovadores y futuros inversionistas interesados en diversificar la economía.

Dentro de los principales aprendizajes están la falta de información sistematizada sobre el sector cafetalero en Bolivia. Desde CERES y el Instituto de Progreso Económico Empresarial de Unifranz se ha planteado como objetivo realizar una investigación académica que mida el tamaño, impacto y oportunidades de esta industria.

“Nos hemos puesto la meta de realizar investigaciones para mapear y medir el tamaño y el impacto de la industria cafetera actual en Bolivia. No hemos podido encontrar datos suficientes y creemos que eso es clave”, dijo Laserna.

Otra de las propuestas surgidas fue la creación de una plataforma digital que conecte a productores, distribuidores, baristas y emprendedores, para facilitar el trabajo conjunto y el crecimiento compartido del sector.

“Los productores bolivianos somos bien recelosos de nuestro trabajo. No nos gusta mucho compartir ni integrarnos por miedo a que nos roben ideas o mercado. Pero si uno se integra, si agrandamos el tamaño del pastel, hay espacio para todos”, reflexionó.

“De la finca a la taza” es solo el primer paso del ciclo de conversatorios programado para este año. Según Laserna, se prevé replicar el evento en Santa Cruz, e incorporar nuevas industrias creativas como la cerveza artesanal y el vino boliviano, sectores que también combinan identidad, valor agregado e innovación.

“Estas industrias, como el café, tienen ese gusto por la creatividad y por construir algo nuevo. Queremos hablar de eso, inspirar, generar comunidad y hacer propuestas desde otro lugar”, afirmó.

Además, no se descarta la posibilidad de llevar a cabo una nueva edición del Foro de Economía Creativa en noviembre de este año organizado por CERES y Unifranz en la ciudad de El Alto.