Cuatro de cada 10 ciudadanos del eje metropolitano de las tres ciudades principales del país (Santa Cruz, Cochabamba y La Paz) no cuentan con una casa propia; además, un promedio del 20 por ciento no accede a la red pública de agua potable o al alcantarillado, ni tiene un cuarto de baño dentro de su casa.
Estos son algunos de los datos que develan las condiciones del hábitat: el acceso a la vivienda apenas llega a algo más del 60 por ciento de los ciudadanos, mientras que al menos una quinta parte de la población no accede a los servicios básicos elementales, como el agua potable y el alcantarillado.
De acuerdo a los datos levantados por la encuesta, sólo el 60 por ciento de la población consultada cuenta con casa propia; el 22 por ciento vive en alquiler, mientas que el 7 por ciento acude a la fórmula del anticrético de viviendas. También existe un 10 por ciento que ocupa una casa prestada o cedida por algún familiar, pariente o amigo.
En cuanto al tipo de vivienda, el 85 por ciento de los consultados habita en una casa convencional, y casi el 10 por ciento ocupa sólo un cuarto de esa casa.
Al margen de ellos, hay cerca de 4 por ciento que tomó un departamento dentro de una vivienda, mientras que un exiguo uno por ciento vive en un departamento dentro de un edificio.
Otro dato que llama la atención es que el 35 por ciento de la población solicitó un crédito durante el último año. De todas estas solicitudes, 11 por ciento tuvieron como objetivo la compra, alquiler o mejoramiento de una vivienda.
Servicios básicos
Sólo el 82 por ciento de la población consultada por la encuesta cuenta con red pública de agua potable, mientras que el 10 por ciento accede a este elemento de una red privada; el 3 por ciento responde no tener acceso de ninguna fuente; el 2 por ciento afirma contar con pozo propio para proveerse y queda un 1 por ciento que se abastece del carro aguatero.
Además, de acuerdo a las encuestas, sólo el 78 por ciento de la población consultada habita en una vivienda con acceso conectado a los servicios de alcantarillado. La red no alcanza a 22 por ciento de los encuestados.
Asimismo, cerca de un 20 por ciento de la población no tiene un cuarto de baño dentro de su casa, entendiéndose una habitación con todos los servicios higiénicos y de aseo. Este “privilegio” llega sólo al 80 por ciento de las personas consultadas.
La ciudadanía reclama servicios, pero no ofrece participación, según se desprende de algunos datos de la encuesta realizada en el área urbana de las tres ciudades principales del país. Por ejemplo, el 60 por ciento cree que la responsabilidad de construir aceras en la ciudad es de la Alcaldía, mientras que el restante 40 por ciento cree que cada vecino debería hacerse cargo, pues es parte de su casa.
Asimismo, la mayoría (casi un 40 por ciento) considera los espacios públicos como sitios a los que todos pueden tener acceso sin restricción y de forma gratuita. El 33 por ciento considera que debe haber condiciones para el acceso; y el 26 por ciento los considera lugares del Estado o la Alcaldía.
El 64 por ciento considera los semáforos y pasacalles como útiles que ayudan al mejor vivir, pero para el 25 por ciento da lo mismo, pues nadie respeta las señales ni los semáforos.
ANÁLISIS
Gonzalo Vargas – Ciudadanía
La habitabilidad se torna compleja
Desde 2012, gracias a los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda, los bolivianos sabemos con certeza que dos de cada tres vivimos en zonas urbanas de La Paz – El Alto, Santa Cruz, y Cochabamba puesto que casi la mitad de nosotros habita en estas aglomeraciones urbanas, conocidas como regiones metropolitanas.
Veamos algunos datos acerca de cómo viven los bolivianos metropolitanos. Uno de los aspectos que la población urbana considera prioritario es el acceso a la vivienda y los servicios básicos. De acuerdo a los datos de la última Encuesta de Ciudadanía-Foro Regional de fines de julio, el 60 por ciento de las personas tiene vivienda propia, una de cada cinco personas paga alquiler y solamente el 7 por ciento tiene vivienda en anticrético en las áreas metropolitanas. El 10 por ciento restante reside en viviendas prestadas.
Sin referirse a la calidad del agua potable que consumen, el 95 por ciento declara que tiene agua potable en su vivienda; el 78 por ciento, conexión a una red de alcantarillado; y el 80 por ciento, cuarto de baño en su vivienda. Hasta aquí todo parece en orden, pero qué dice el lector cuando se entera de que, en estas zonas metropolitanas, de cada 20 personas una tiene que conseguir agua como pueda; o que una de cada cinco personas, vive en la ciudad, pero lejos de las tuberías y se ve obligada a “hacerlo” al aire libre.
Y es que las condiciones básicas de habitabilidad hacen que la vida en estas metrópolis bolivianas se torne compleja; quizás por eso la gente que en ellas habita valora también de manera subjetiva el equipamiento que está a su disposición: la mitad de las personas visita los parques por lo menos una vez a la semana y dos de cada tres está de acuerdo en que algunas calles se conviertan en peatonales. ¿Calles peatonales, libres de circulación vehicular? Así es. ¿Será casual que justamente, una de cada tres personas que viven en las regiones metropolitanas del eje central boliviano considera que los semáforos están mal colocados, perjudican o que da lo mismo que estén ahí porque nadie les hace caso?