La calidad de la alimentación que recibe la población es un tema sobre el que gran parte de las personas encuestadas muestra serias dudas. A esa conclusión se llega al constatar que cuando a las personas encuestadas se les preguntó: «‘Usted y su familia tienen una alimentación saludable y nutritiva’. ¿Hasta qué punto está usted de acuerdo con esta afirmación?», y se les pidió que ubiquen su respuesta en un rango de 1 a 7, sólo tres de cada diez personas (32,3 por ciento) consideran, con cierta certeza, que esa frase corresponde con su realidad cotidiana.
En un nivel intermedio (entre 4 y 5 puntos) se ubicó la gran mayoría (60,3 por ciento) de la población encuestada; y por debajo, quienes consideran que esa afirmación no corresponde a su realidad (entre 1 y 3 puntos), son quienes no creen que su alimentación y la de su familia merezca ser calificada como saludable y nutritiva, la que llega a un 7,8 por ciento.
La comida principal
Un dato igualmente significativo es el que indica que, un porcentaje relativamente alto de la población, es en el desayuno cuando en su familia se consume el alimento principal del día. Así lo hizo el 42,8 por ciento de la gente encuestada, cuando se preguntó: «¿Cuál es el principal alimento del día en su casa o para su familia?
Sin embargo, y a pesar de lo relativamente alto que es el porcentaje de hogares que tiene en el desayuno su alimentación principal, para la mayor parte de la población es el almuerzo el que tiene esa cualidad. En efecto, llegan a 55,4 por ciento los hogares que así lo indican, mientras que son sólo un 1,8 por ciento las personas que afirmaron que es en la noche, durante la cena, que obtiene la parte más importante de su alimentación diaria.
Alimentación hogareña
El hogar es, con muy pocas excepciones, el lugar donde habitualmente se preparan los alimentos que a diario se consumen. Casi 95 por ciento de las personas encuestadas así lo afirmó. A una pensión recurre el 3,8 por ciento de las personas, mientras que sólo un 1,3 por ciento tiene a un restaurante como primera opción.
La importancia del precio
A quienes suelen preparar sus alimentos en su propia casa se les preguntó dónde compran preferentemente sus alimentos. El mercado es la opción preferida para 83,9 por ciento de las personas encuestadas, mientras que un 8,8 por ciento recurre a un supermercado y sólo 7,3 recurre a una tienda del barrio o de la zona donde vive.
Al indagarse sobre los motivos que tiene la gente para elegir el lugar donde prefiere hacer sus compras, los mejores precios fueron identificados como el motivo principal por 62,9 por ciento de las personas. La comodidad fue identificada como el factor decisivo por 21 por ciento y sólo 13,1 considera que la calidad de los productos es la razón principal para elegir el sitio de su preferencia. La factura y la posibilidad de adquirir alimentos ya procesados son factores que resultan decisivos para un sector muy pequeño de la población (1,6 y 1,4 por ciento, respectivamente).
ANÁLISIS
JOSÉ LUIS BARROSO
CERES
Cambios en los hábitos alimenticios
Los resultados de la encuesta urbana del foro regional muestran datos que, en algunos casos, contrastan con los hechos que uno observa en el cotidiano vivir en las principales urbes del país, y sugieren que la población urbana aún no es consciente sobre la verdadera dimensión de la alimentación de calidad y su problemática. Por ejemplo, la lectura de los datos indica que en el eje metropolitano de Bolivia, en promedio, la mayoría de las personas, en una escala del 1 al 7, sitúa su repuesta en 5 puntos, cifra de la que se puede deducir que la mayoría de la población percibe y considera que su familia tiene una alimentación saludable y nutritiva, sin embargo los hechos advierten un mayor consumo de productos elaborados, industriales y sobre todo de comida rápida, que han llegado hasta los lugares más recónditos de las urbes, que de nutritivos no tienen nada. En este sentido, seria vital que otras investigaciones y estudios indaguen y profundicen sobre qué es lo que la población entiende por “saludable y nutritivo” y qué es lo que está consumiendo, sin duda esto daría mayores pautas y elementos para un abordaje más profundo sobre la verdadera calidad de los alimentos en Bolivia.
Respecto a cuál es el principal alimento de las familias, la mayoría de la gente respondió que el principal alimento es el almuerzo, seguido por los que indican que es el desayuno, las cifras son similares si se consideran las ciudades por separado. Este resultado muestra que la sociedad urbana boliviana le viene dando cada vez menor importancia a la cena, que en el pasado se caracterizaba por tener similar peso al resto de las comidas. Esto parecería sugerir varias situaciones, por un lado, podría ser un indicador de que las personas, particularmente las mujeres por su mayor inserción en el mercado de trabajo, disponen de menor tiempo para la elaboración de este alimento; por otro lado, podría ser un indicador de que las familias dejan de la lado la cena por cuestiones económicas, ya que su elaboración implica un mayor presupuesto para la familia; y finalmente, podría indicar un cambio en la cultura alimentaria.