Género, lengua materna y desigualdad de ingresos. Evidencias empíricas para el caso Cochabambino

El crecimiento de la economía en la última década, interrumpido brevemente por la crisis del año 2009, ha determinado un crecimiento del empleo y de los ingresos (INE, 2012).

Sin embargo, no todos los empleos generados son de calidad (Barroso, 2103) y la desigualdad en los ingresos de los distintos grupos demográficos es persistente. A pesar de la mayor participación de las mujeres en la fuerza laboral y de la migración del campo a la ciudad, las mujeres y los trabajadores cuya lengua materna no es el castellano tienen en promedio ingresos menores que los varones y que los trabajadores cuya lengua materna es el castellano, respectivamente.

Razones ligadas a las diferencias en productividad, tales como diferencias en los niveles de educación y de experiencia laboral, así como diferencias en el tamaño de la empresa, como proxy del capital, no parecen ser suficientes para explicar estas diferencias. Es en este sentido que este perfil de investigación persigue el siguiente objetivo.

1. Objetivo de investigación

El objetivo de la presente propuesta es analizar los determinantes de los ingresos y de los trabajadores de los sectores urbano y rural, con énfasis en las diferencias de ingresos por género y por lengua materna.

Con ellos, no se pretende entrar en el debate sobre la operacionalización de la etnicidad, por lo cual hemos decidido utilizar solamente uno de los marcadores usuales, la lengua materna, (a nivel internacional existen trabajos de similares características que vienen a conformar la denominada la economía de la lengua que esta siendo aun explorada).

2. Justificación  y base de datos

La justificación de la propuesta  radica en el hecho de que hablar castellano bien en un país donde este idioma es el dominante determina diferencias en el acceso a los activos económicos, sociales, políticos y culturales. Estas diferencias, a su vez, afectarían incluso el rendimiento de los activos que estos individuos poseen. En cuanto al análisis empírico, empleando los datos de la Encuesta Ciudadanía de abril de 2013,  se pretende aplicar  pruebas T de medias para examinar las diferencias de ingresos de acuerdo al sexo y a la lengua materna; asimismo se prevé estimar ecuaciones de ingresos de Mincer con el fin de determinar si los coeficientes de las variables que explican los ingresos por sexo y por lengua materna son estadísticamente distintos.

3. Marco teórico

Los estudios sobre los determinantes de los ingresos se basan en los trabajos pioneros de Becker (1993); Ben-Porath (1967); y Mincer (1970). Trabajos posteriores como los de Oaxaca (1973) y Blinder (1973) permiten disponer de una metodología basada en ecuaciones de ingresos «a la Mincer» para analizar los diferenciales de ingresos y sus causas, descomponiéndolas entre aquellas debidas a diferencias en productividad y aquellas debidas a otras causas, entre las cuales puede estar la discriminación.

La mayor parte del análisis sobre el tema se ha llevado a cabo por medio de este método, si bien recientemente se ha empleado el análisis de emparejamiento discreto para analizar las causas de dichas diferencias (Ñopo, 2003; 2009).

En el caso de América Latina, Atal, Ñopo y Winder (2009) encuentran en un análisis a nivel de dieciocho países de Latinoamérica, que la brecha de ingresos por sexo está entre el 9% y el 28%, en contra de la mujer, mientras que la brecha por etnicidad está entre 13% y 38% en contra de la población indígena. Asimismo encuentran que la brecha de ingresos por sexo es mayor entre los trabajadores en sectores de baja productividad, mientras que la brecha de ingresos por etnicidad es mayor entre los trabajadores varones y del sector rural.

Sobre el tema de diferencias en los ingresos atribuidas a las características étnicas de los trabajadores, Ñopo, Saavedra y Torero (2004) construyen para el caso peruano, un indicador de «intensidad étnica» con respecto a cuatro grupos raciales: asiático, blanco, indígena y negro, basado en la lengua materna, migración y religión, así como en el reporte de los propios individuos y de los encuestadores sobre su raza. Por medio de una extensión del método de Oaxaca-Blinder para trabajar con un conjunto de grupos raciales, encuentran que en el Perú urbano los «muy blancos» ganan un 50% más que los «muy indígenas», diferencia que se reduce a 12% al controlar por diferencias en las características de los individuos y de sus puestos de trabajo.

Asimismo, los autores encuentran que la brecha de ingresos por género es mayor entre los individuos «menos blancos». Sobre el mismo tema, pero definiendo la etnicidad sobre la base del lugar de nacimiento y patrones históricos de distribución de la población en el Perú, Figueroa y Barrón (2005) encuentran que dado el mismo nivel de educación, individuos de diferentes grupos étnicos tienen la misma probabilidad de ser contratados como empleados; sin embargo, los individuos predominantemente indígenas tienen una menor probabilidad de adquirir la educación necesaria. Es decir, la exclusión es más importante que la discriminación para explicar la desigualdad.

En resumen, las brechas de ingresos por sexo y por etnicidad en los mercados laborales son persistentes, tal como lo demuestra la literatura internacional reseñada y esto nos hace suponer que en caso boliviano ocurre algo similar.

Dado el avance de la educación en todos los niveles y los programas para elevar la productividad de las microempresas y las pequeñas empresas, uno esperaría que ambas brechas se hubieran reducido, pero hay varias razones para que esto no este sucediendo. De acuerdo al marco conceptual revisado hasta ahora, los activos en manos de los trabajadores tendrán diferentes rendimientos de acuerdo a su posición en una sociedad jerarquizada como boliviana y particularmente como la cochabambina. Es así que el ser mujer o no tener el castellano como lengua materna determina una menor probabilidad de obtener capital humano y físico, y un menor rendimiento de dichos activos, lo cual redunda en menores ingresos. Entonces planteamos que una de las razones que explica esta desigualdad en los ingresos por género y por lengua materna es la diferencia en la calidad de la educación que los trabajadores reciben. Una segunda razón está en las diferencias en la calidad de los activos físicos de que estos trabajadores disponen, lo cual implica diferencias en la productividad del puesto de trabajo y por lo tanto en la capacidad de generar ingresos por encima de niveles de subsistencia. En tercer lugar, las diferencias en los activos políticos, sociales y culturales de acuerdo al sexo y a la lengua materna determinan diferencias en la capacidad de transformar el capital humano y físico en ingresos. Entonces, tanto en el caso de las mujeres como en el de los trabajadores cuya lengua materna es nativa, la falta de activos sociales y políticos, así como la menor jerarquía de sus activos culturales afectan la posibilidad de transformar sus activos económicos en ingresos dando lugar a la reproducción de las desigualdades.

4.Indice tentativo

El artículo final tendrá el siguiente contenido

  1. Introducción
  2. El estado de la cuestión- revisión de la literatura
  3. Análisis descriptivo de los datos
  4. Análisis econométrico
    1. Pruebas T de medias
    2. Ecuaciones de Mincer
  5. Conclusiones y recomendaciones de política
  6. Referencias bibliográficas

    5.    Resultados esperados

•     Un artículo académico de 30- 40 paginas con revisión editorial o revisión de un especialista en el tema que contenga un análisis de  los determinantes de los ingresos y de los trabajadores de los sectores urbano y rural de Cochabamba, con énfasis en las diferencias de ingresos por género y por lengua materna. El mismo será tendrá posibilidades para ser publicado en revistas especializadas o editores privados.

•     Publicación en la prensa de los resultados más relevantes de la investigación

•     Un taller, seminario o conferencia  de difusión y debate intelectual con participación de organizaciones  académicas y de investigación, y sociedad civil.