En el mes de mayo volvió a aumentar la cantidad de conflictos marcando una tendencia al ascenso en lo que va de transcurrido del año 2012. La tendencia general del semestre anterior fue al descenso, pero los datos de los últimos meses muestran una actividad conflictiva cada vez mayor. De hecho, durante los últimos cuatro meses la cantidad de conflictos registrados en la prensa ha sido superior al promedio correspondiente al gobierno del Presidente Morales. Este promedio para todo el periodo comprendido desde el 26 de enero del 2006, llega a 55,2 conflictos por mes, superior al de los tres años que gobernó el Dr. Hernán Siles Zuazo en los años 1980.
Una diferencia sustancial con aquél periodo es que en el actual predominan los conflictos de adhesión activa, que implican cierto grado de violencia y entrañan además mayores riesgos de violencia, y también la dispersión de organización y demandas de los grupos movilizados. Estos dos aspectos son particularmente preocupantes, pues están señalando la existencia de un proceso de fragmentación y disgregación social que hará cada vez más difícil el funcionamiento de las instituciones y el respeto de las reglas.
Además de la frecuencia de los conflictos se observa un aumento en la duración de los mismos. Además de los casos ya conocidos del conflicto con los médicos, que se prolongó por más de siete semanas, y el conflicto del TIPNIS que ya lleva una segunda marcha, sumando meses, el promedio de duración de los conflictos ha pasado de 1,42 días el año 2010, a 1,87 el año 2011 y a 2,29 en lo que va del año 2012.
Si a ello se añade que muchos involucran a grupos sociales con capacidad para movilizarse en varias regiones, tendremos un panorama mucho más complejo pues quiere decir que los conflictos tienen manifestaciones múltiples y no se limitan a una marcha o una huelga, sino que contienen a su vez otras movilizaciones, como huelgas de hambre, bloqueos esporádicos, vigilias, y actividades que, aunque se registren como arte de un solo conflicto, son vividas por la población como situaciones de tensión que perturban sus actividades cotidianas.
La información proviene del Observatorio de Conflictos de CERES, que cuenta con el apoyo del centro Ciudadanía, y que lleva registros de prensa desde 1970 a la fecha.