¿Crisis del Sistema de Representación Política? El derrotero de los partidos y organizaciones políticas en Bolivia

Antecedentes y problemática
A partir del año 2000, Bolivia atraviesa por un periodo de profundas transformaciones sociales y políticas, mediante la irrupción de movimientos sociales en el campo político y el progresivo desmoronamiento de los partidos como sujetos protagónicos de la representación.
De esta manera, adquiere relevancia una opción política como el Movimiento Al Socialismo (MAS) que, mediante el voto, logra acceder al poder con una amplia mayoría, y rompe con la habitual lógica de la “democracia pactada” que predominó durante la década de los ochenta y noventa. Con la llegada del MAS al poder, se posiciona un nuevo universo discursivo/simbólico y se establecen las bases de reconfiguración del Estado mediante la aprobación de nuevas reglas del juego plasmadas en la Constitución Política del Estado (CPE).
Estos cambios se expresan en la profundización y ampliación de la democracia, mediante la incorporación en la Constitución de nuevas formas de ejercicio político como la democracia participativa y directa y la democracia comunitaria, así como la transformación de un Estado centralista en un régimen complejo de autonomías. No obstante, la democracia representativa continúa articulando la conformación del poder público mediante la concurrencia de candidaturas y el ejercicio electoral.
Estas transformaciones y desplazamientos han producido una mutación en el sistema de partidos, donde el MAS juega un rol predominante mientras las otras opciones políticas tienen una presencia marginal en los escenarios institucionales por efecto de los sucesivos eventos electorales. Así, de un sistema de partidos pluralista moderado que caracterizó la década de los ochenta y noventa, nos encontramos ante un sistema de partidos que podría denominarse como “de partido hegemónico o predominante” a nivel nacional.
Sin duda, en el centro de la discusión se encuentra la democracia. Ante un futuro escenario electoral (2014) resulta altamente pertinente analizar las características del sistema de representación política, y sus principales actores, las organizaciones políticas –llámense partidos, movimientos o agrupaciones ciudadanas-, así como describir la formación de un nuevo sistema de representación que completa y enriquece al anterior pero que no rompe completamente con él.
Justificación
Uno de los temas preocupantes en la actual coyuntura socio política es la desestructuración del sistema partidario pluralista y la crisis de las organizaciones políticas. La concentración del poder en la actual fuerza oficialista, la presencia marginal de los partidos opositores en espacios institucionales y las dificultades de construcción de un sistema de representación estable amenazan la precaria institucionalidad política que existe en el país.
Paralelamente, se ha producido una ampliación de la democracia representativa hacia formas de democracia participativa, directa y comunitaria que ahora cuentan con reconocimiento constitucional y buscan escenarios de aplicación y complementación tendientes a una mayor y más directa participación social en la política. Sin embargo, la democracia representativa continúa articulando la conformación del poder público y los escenarios privilegiados de decisión como la selección de las principales autoridades y de las instancias legislativas y deliberativas a nivel nacional subnacional.
La presente investigación pretende desentrañar las características del ejercicio actual de la democracia, tanto en sus aspectos novedosos como en aquellos que tienden a reproducir los viejos y cuestionados comportamientos políticos de los actores; así como evaluar el estado de la representación política en Bolivia, y sus actores protagónicos: los partidos, las agrupaciones políticas y los pueblos indígenas, y sus horizontes de cara a los procesos electorales futuros .
Objetivos
Objetivo general
Analizar las transformaciones en el sistema de representación política en Bolivia durante una década (2002-2012).
Objetivos específicos
  1. Describir y analizar el funcionamiento del sistema de representación neoliberal, y particularmente, la crisis y mutación del sistema partidario que se verifica en los sucesivos procesos electorales a partir de las elecciones nacionales del 2002.
  2. Describir y analizar la trama institucional normativa que deriva de la nueva Constitución y las leyes “estructurales” que la complementan en relación con la configuración del sistema político.
  3. Describir los mecanismos innovadores de participación política que forman parte de la democracia directa, participativa y comunitaria, poniendo atención en su aplicación, sus ámbitos de ejercicio, limitaciones y formas de acoplamiento con los mecanismos de la democracia representativa.
  4.  Describir y analizar las relaciones entre representantes y representados poniendo atención en: i) la capacidad de los representantes para dar respuesta a las demandas de sus electores (responsiveness); ii) las lógicas y posiciones que predominan en el mandato de los representantes (predominio del “interés nacional” o más bien como mandato imperativo/corporativo); iii) la capacidad de los representantes para rendir cuentas (accountability) a sus electores.
  5. Analizar la reconfiguración de las organizaciones políticas (partidos, agrupaciones ciudadanas y organizaciones de pueblos indígenas), sus orientaciones y funcionamiento interno (elección de dirigentes y candidatos, toma de decisiones, y particularmente su relación con grupos de apoyo o ciudadanos).
Hipótesis
El sistema de representación vigente durante las décadas de los ochenta y noventa ha sufrido una profunda crisis como producto de un conjunto de factores entre los cuales destacan la incapacidad de dar respuestas a las necesidades y demandas sociales y el predominio de una modalidad de gobernabilidad basada en acuerdos interpartidarios coyunturales. En cambio, en el actual proceso político, nos encontramos ante una ampliación y profundización de los espacios de representación que han conformado un sistema altamente representativo de las expectativas sociales, pero que desestima otros factores centrales de la democracia como la gobernabilidad, el pluralismo político-ideológico y la institucionalidad. El actual sistema político no rompe totalmente con el anterior, expresa más bien una formación híbrida o mixta que no termina de definirse y que presenta otro tipo de debilidades y amenazas.
Metodología

a) El objeto de estudio

La definición básica de representación alude al hecho de estar presente en lugar del otro para defender sus intereses . Estos dos componentes, “estar presente en lugar del otro o los otros” y la “defensa de intereses”, son claves para comprender el alcance y los límites del sistema de representación política.

Existen distintas nociones de representación. La noción jurídica enfatiza el mecanismo mediante el cual el representante actúa a nombre del representado,; la perspectiva sociológica asume que la representación es un “espejo de la realidad”, es decir está ligada a la autoidentificación: el acto de votar por otro al que considero mi semejante. Aquí adquiere sentido la cualidad representativa del liderazgo de Evo Morales que evoca “Evo es como yo”. De acuerdo a Sartori, la política representativa involucra ambas significaciones, es decir tanto a la representación jurídica como la representatividad sociológica.
Cabe también distinguir los tipos de relación que se establecen entre representantes y representados. Esta relación puede, por una parte, responder a la lógica del “mandato imperativo” en que el representante vela por los intereses del sector representado, constituyéndose en su fiel portavoz; por otra parte, el representante actúa por delegación de poder con independencia, competencia, habilidad y responsabilidad, y puede desplegar su representación al conjunto de la población con el fin de unificar la voluntad nacional (llamada también representación fiduciaria). Existe un acuerdo conceptual respecto a la pertinencia de la segunda en el caso de la representación política. Sartori es contundente cuando sostiene la prohibición del “mandato” como condición necesaria de la democracia representativa (Sartori, 1996 op.cit). No obstante, en el caso boliviano se observa que la actuación de los representantes ante las instancias legislativas no es completamente independiente y reflexiva porque está modulada tanto por presiones partidarias como por intereses corporativos
En general, por el solo hecho de ser elegidos a través del voto como representantes, se establece el requisito de responder a sus electores, rendir cuentas ante ellos, e incluso, someterse a un revocatorio.
En el actual proceso hay una inclinación por sobrevalorar la representatividad (“Evo es como yo”) y la participación social en la esfera política, dejando de lado otros aspectos relevantes como la calidad de la representación y de los representantes electos quienes requieren “no ser solo un responsable ante, sino también un responsable por…” (Sartori, 1996 op.cit.).
Por otra parte, la democracia demanda de los sujetos representativos el cumplimiento de determinadas funciones mediante las cuales el sistema político se relaciona con la sociedad. Tradicionalmente, las exigencias funcionales de la democracia (Lavau 1991) a los partidos políticos se han circunscrito a tres ámbitos principales: a) la conformación de gobiernos y la gestión pública institucional (elecciones regulares, selección de elites y administración institucional del Estado con base en la Ley); b) la mediación y representación de intereses (procesamiento de conflictos, representación de la diversidad en el sistema de decisiones, canalización de demandas sociales) y; c) la agregación y organización de la sociedad (articulación de intereses sociales, movilización, expresión de demandas, generación de opinión y construcción de una ciudadanía democrática activa). En Bolivia los partidos se han circunscrito básicamente a la primera función desestimando las otras y provocando el distanciamiento de los electores y el cuestionamiento de su desempeño.
La crisis de los partidos “tradicionales” dio curso a un proceso de transformación hacia formas nuevas de agregación política de naturaleza sindical, cívica o empresarial, en detrimento de las formas político-partidistas de agregación de intereses. El sistema de partidos boliviano, que tuvo un carácter más o menos permanente durante quince años, ha sufrido modificaciones determinadas por la desaparición y/o declinamiento de sus principales unidades constitutivas, y la emergencia de nuevos sujetos representativos. Así, hemos transitado –en los últimos cinco años– de un sistema multipartidista moderado hacia un sistema multipartidista ideológicamente polarizado (el 2002) y luego, a partir de las elecciones del 2005 hacia un sistema de partido hegemónico o unipartidismo pluralista , pues los partidos de oposición han perdido capacidad de agregación y se encuentran debilitados, sin que ello quiera decir que esta sea una tendencia definitiva. Por su parte, las organizaciones políticas de raíz sindical, muy distantes de las formas de organización tradicional de los partidos, no están exentas de reproducir una cultura política caudillista, poco institucionalizada y con comportamientos similares a los cuestionados.
En ese marco, el objeto de estudio abarca las características de la representación política en la última década, es decir, las características de los representantes electos, las organizaciones políticas, sus interacciones y el tipo de relación que establecen con los electores, así como los nuevos perfiles que va asumiendo la democracia.

b) Las unidades de estudio

En los límites de este trabajo, se estudiaran a los siguientes “lugares” y actores de la representación política:

 

  • La Asamblea Legislativa Plurinacional y las Asambleas Legislativas Departamentales (con relación a las últimas se considerarán dos casos: Cochabamba y Santa Cruz).
  • La Presidencia y la vice-Presidencia del Estado Plurinacional.
  • Las Gobernaciones (casos de Cochabamba y Santa Cruz).
  • El sistema de partidos y organizaciones políticas, enfatizando el desempeño del Movimiento Al Socialismo, el Movimiento Sin Miedo (MSM), Unidad Nacional (UN) y el partido Agrupación “Verdes” de Santa Cruz, y el desempeño de algunas organizaciones de pueblos indígenas como estudios de caso.
  • Los dispositivos de democracia directa, participativa y comunitaria establecidos en la CPE, como mecanismos complementarios a la democracia representativa.